La defensa de la PAC en el presupuesto de la Unión Europea

El marco financiero plurianual (MFP) es el presupuesto de la UE a largo plazo. Establece los límites del gasto de la UE, tanto en su conjunto como en distintos ámbitos de actividad, durante un periodo de cinco años como mínimo. Los próximos MFP que se están negociando en la actualidad son para los siete años que corresponden al periodo 2021-2027.

Los presupuestos anuales de la UE deben establecerse siempre dentro de los límites del MFP. En la práctica, los compromisos y los pagos normalmente se presupuestan por debajo de los respectivos límites máximos del MFP.

El Consejo desempeña una función fundamental en el proceso legislativo del MFP. Antes de que expire el MFP en curso, la Comisión Europea presenta la propuesta de un nuevo Reglamento del MFP, en este caso para el periodo 2021-2027. Esa propuesta sirve de base para las negociaciones que se llevan a cabo en el Consejo, y este vela por que todos los Estados miembros participen en el acuerdo, que exige la unanimidad. A la hora de definir su posición, el Consejo recibe orientaciones políticas de los dirigentes de la UE reunidos en el Consejo Europeo. Se precisa la aprobación del Parlamento Europeo para llevar a término el proceso decisorio. En la práctica, esto significa que el Parlamento puede aprobar o rechazar la posición del Consejo, pero no modificarla.

El nuevo Marco Financiero Plurianual de la Unión Europea para 2021-2027 plantea reducir la PAC. Un 3,5% las conocidas como ayudas del primer pilar (pagos directos y medidas de mercado), que representan el 71% del presupuesto de la PAC, y en un 14,5% las del segundo pilar (planes de desarrollo rural). Estas cifras no tienen en cuenta el efecto de la inflación, por lo que podríamos hablar de una reducción final real de entre un 14 y un 20%.

El próximo día 26 de mayo se celebrarán las elecciones al Parlamento Europeo, una elecciones que son fundamentales para los agricultores españoles puesto de ellas va a aflorar los representantes políticos que tendrán que defender los intereses españoles en la negociación del MFP.

La importancia de la PAC para España es esencial, en 2017, los 775.000 agricultores españoles recibieron 6.678 millones de euros. Eso significa que nos estamos jugando más de 44.000 millones de euros para el periodo 2021-2027.

La justificación que utiliza la Comisión Europea para esta reducción viene argumentada por la necesidad de financiación de nuevas prioridades como la inmigración y la obligatoriedad de hacer frente al impacto del Brexit. Sin embargo, la realidad es que los presupuestos contemplan un aumento de la financiación a políticas ideológicas o de género en detrimento del dinero que recibirán nuestros agricultores o el dinero para el desarrollo rural.

Y esta tendencia se viene desarrollando desde los últimos años, cabe recordar que la PAC representaba un 66% del presupuesto de la Unión a principios de los años ochenta y en la actualidad apenas llega al 40%. Siendo el recorte en las partidas enfocadas a los agricultores y ganaderos profesionales una realidad.

Los parlamentarios europeos españoles tienen el deber de defender nuestros intereses en el seno del parlamento y eso significa exigir, como mínimo, las cantidades actuales en las ayudas directas de la PAC, las que perteneces al primer pilar, con el objeto de estabilizar los mercados en niveles de precios dignos y proteger el modelo agrario y rural europeo frente a la competencia exterior desleal.

La mejor manera de ayudar a nuestros agricultores es que el dinero les llegue directamente a sus bolsillos, evitando que este pase por las manos de administraciones públicas y políticos los cuales ya sabemos la capacidad que tienen para hacer que los fondos desaparezcan.

Al mismo tiempo es necesario defender las ayudas del segundo pilar de la PAC, la relacionadas con los planes de desarrollo rural. Reducir esta ayudas significa terminar de asesinar el modelo de vida rural y generará la inviabilidad de gran parte de los municipios rurales españoles en los próximos años debido a la despoblación.

La sostenibilidad de las zonas rurales nos atañe al conjunto global de la población española, puesto que la falta de conservación y preservación de los modelos de vida rurales que afectan a la agricultura ponen en peligro la gestión humana de la masa forestal, y por tanto la compensación de la huella ecológica en el desequilibrio existente entre las altas tasas de contaminación y la generación de residuos de las ciudades, generan la aparición de incendios, ponen en peligro la despensa alimentaria de la nuestra sociedad y el desarrollo agroalimentario en la producción de alimentos de mayor calidad y más saludables para el conjunto de la población, y provocan el acabamiento de las tradiciones y valores culturales que confieren nuestra identidad como Nación, y que sin duda, la sociedad rural sustenta desinteresadamente. Como es el caso del mantenimiento del legado histórico, de nuestro folklore y de la conservación de del patrimonio arquitectónico tradicional.

No podemos permitir que se reduzca el dinero de la PAC que tiene por objetivo el mantenimiento de miles de familias y el modelo de vida rural, así como tenemos la obligación de exigir a las Comunidades Autónomas la ejecución total de los fondos europeos del segundo pilar destinadas a los Planes de Desarrollo Rural. Puesto que como son fondos cofinanciados en un 25% por las CCAA, la inoperancia, la falta de previsión y la dejación de funciones hace que parte de estas ayudas se pierdan.

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