Salario de soltero. El «Precariado»

Los Tonga o Batonga son un grupo étnico que habita al norte de Malawi, en la ribera noroeste del lago Malaui. En la época colonial a la que nos vamos a remontar, dicho territorio estaba bajo dominio de Gran Bretaña y se denominaba Protectorado de Nyasalandia. Durante esta época, Jaap van Velsen estudió la emigración laboral que realizaba dicho pueblo a Zambia, la antigua Rodesia, o a la Unión Sudafricana, actual República de Sudáfrica. Lo sorprendente de la emigración laboral de los tonga es que la realizaban exclusivamente los varones; estos solían entrar de forma irregular en Sudáfrica donde trabajaban como prisioneros en explotaciones agrarias hasta que lograban su objetivo de trabajar en minas o industrias. Pero era una migración circular ya que los Tonga vivían en dos ambientes distintos: por un lado en la zona tribal dónde mantenían a sus familias y regresaban cuándo les llegaba la edad de retiro y por otra parte en las ciudades de Zambia y Sudáfrica donde trabajaban durante la mayor parte de la vida laboral.
El motivo principal por el cual los Tonga no emigraban con sus familias a Zambia o Sudáfrica, residía en que el salario que recibían por su trabajo estaba ajustado a lo que exige una persona que no tiene cargas familiares, un soltero. La administración colonial determinaba que las familias de los Tonga se quedaban en las zonas tribales y que estas familias se debían sostener por sí mismas sin la necesidad de la aportación de los trabajadores urbanos.
Sumemos además el problema de la vivienda, ya que las casas en la ciudades eran muy limitadas y de propiedad municipal. “No job no housing” es un dicho Tonga que indica que la vivienda va unida a la posesión de trabajo y si una enfermedad o la edad, les impedía trabajar, debían volver a las zonas tribales de procedencia.
Esta situación favorecía sobre todo a las autoridades coloniales, a las que descargaba de los gastos que podía generar mantener a las familias y propiciaba la expulsión de los trabajadores urbanos cuando ya habían terminado su vida laboral. Por otra parte a los trabajadores urbanos, les obligaban a mantener lazos sociales, y contribuir en la economía de la zona tribal, a cambio de un sistema de seguridad social.
Tras el fin de la II Guerra Mundial y el creciente y militante nacionalismo, el gobierno británico se vio obligado a realizar una serie de reformas. El gobierno colonial elevó los salarios “de soltero” a salarios “familiares”, dieron reconocimiento oficial a los sindicatos, subieron de categoría y diferenciaron el proceso laboral técnicamente. Por lo que podemos dar por concluido la época del “salario de soltero”.
Ahora vamos a realizar un ejercicio de comparación transcultural entre el “salario de soltero” del colonialismo y la situación actual. Con la llegada de la globalización podemos dar por concluido el Estado de Bienestar y vemos un aumento de la desigualdad. Este fenómeno definido por Barry Bluestone y Bennett Harrison como “The Great U-turn” (el gran cambio de sentido), ha producido un aumento de la desigualdad social y una bajada de los salarios.
Guy Standing introduce el concepto de “precariado”, esta nueva clase social emergente que no cuenta con estabilidad, que ve reducido su salario y pierde constantemente derechos sociales, diferenciándolo del viejo proletariado, al que asocia con un trabajo estable, buenas condiciones laborales, salarios altos y derechos sociales.
En España el término “mileurista” fue acuñado por Carolina Alguacil en el 2005 y según dice la propia autora, el mileurista “No ahorra, no tiene casa, no tiene coche, no tiene hijos, vive al día…” Este término ha llegado a ser recogido por la Real Academia Española, pero está en desuso y ha perdido el aspecto despectivo a partir de la crisis de 2008, cuando ya se consideraba a un trabajador que cobrase mil euros anuales un “privilegiado” y se empieza a hablar de los “seiscientoseuristas”.
Pero no pensemos que estamos ante una situación local sino global y para poner un ejemplo, tenemos a los “Freeter” nipones, nacidos en la recesión de 1980, son jóvenes con empleos precarios y mal pagados que viven en la casa de sus padres. También es importante diferenciar a estos grupos de los NEET, acrónimo de “not in employment, education or training”, lo que en España se conoce como “Nini”, ya que los trabajadores que forman los grupos anteriores no han renunciado a su incorporación al mercado laboral aunque sus condiciones sean precarias.
El precariado como los trabajadores urbanos Tonga, se enfrenta a unos “salarios de soltero”, impuestos desde el sistema, aunque con evidentes cambios ya que la situación del trabajador actual, es que puede asumir dichas condiciones laborales gracias al apoyo de la familia, no solamente para garantizarle un sistema de seguridad social cuando se le acaba la vida laboral como a los Tongas, sino en las necesidades básicas del día a día. Ya que los Tonga mantenían a sus familias en las áreas rurales y completaban sus ingresos con el trabajo urbano, mientras que los actuales trabajadores que denominamos “precariado”, no solo dependen de sus familias para cubrir las necesidades básicas, sino que no pueden aspirar a crear una familia por lo que la expresión “salarios de soltero” es más certera aun para los tiempos actuales.

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